Rutas Sagradas de la Ciudad de México

"Las caminatas rituales cambian la conciencia de las personas"
Antonio Velasco Piña


Tomado de "Espejo del viento" Antonio Velasco Piña
7 de enero de 1988


En esta ocasión vamos a platicar acerca de las rutas sagradas que cruzan la Ciudad de México. Pero antes debemos saber la causa de que esas rutas sagradas sólo puedan ser debidamente aprovechadas por los seres humanos durante determinados periodos.

Vivimos en una época particularmente interesante porque importantes ciclos históricos están por concluir y otros se inician, como la Era de Piscis que terminó al mismo tiempo que se iniciaba la Era de Acuario, el 21 de marzo de 1948. Si aplicamos este dato temporal a un contexto espacial, encontraremos que, durante la Era de Piscis, la Cordillera de los Himalayas era el punto del planeta donde se concentraban las principales energías cósmicas.

En la Era de Acuario, ese papel lo toma la Cordillera de los Andes, entendiendo por ésta todas las montañas de América. ¿Qué significa esto? Que las rutas sagradas de toda la Cordillera de los Andes son más importantes en esta era que en la de Piscis.

Sabemos que la Tierra posee siete chakras fundamentales, dos de ellos situados en la Cordillera de los Andes —el chakra mexicano y el peruano—; y si tomamos en cuenta que en toda polaridad hay siempre un Norte y un Sur, y el hecho de que el Norte se activa antes que el Sur, deduciremos que las rutas sagradas del chakra mexicano se han empezado a reactivar antes que las del chakra peruano.

Resumiendo: El cambio de nivel energético de la Cordillera de los Himalayas a la Cordillera de los Andes y la reactivación del chakra mexicano nos hacen ver que en este momento se inicia una nueva cultura. Ahora, si yo vivo en la Ciudad de México, ¿cuál es el papel que juego en el nacimiento de la nueva cultura? ¿Qué debo hacer?

Una de las principales actividades de quienes viven en una Etapa Sagrada es la recuperación de las rutas sagradas. Así que es lógico que nos preguntemos cuáles son éstas en la Ciudad de México. Estamos en una zona donde floreció la cultura náhuatl. Recordemos que toda cultura vive cuatro etapas (Sagrada, Heroica, Humana y de Rebaño) y que a cada una de éstas corresponden determinadas rutas sagradas.

En las etapas de Rebaño como la nuestra no hay rutas sagradas, sino que se utilizan las de la Etapa Humana. Por otra parte, como la siguiente etapa será Sagrada tenemos que volver la mirada hacia la Etapa Sagrada de la cultura náhuatl, que tuvo como centro Teotihuacan. En ese lugar se encuentran las principales rutas sagradas de ese momento histórico y son las que habrán de ser reactivadas en una nueva Etapa Sagrada.

Pero, por el momento, son las rutas sagradas-humanas las que nos interesan más, porque si pertenecemos a una Etapa de Rebaño y deseamos llegar algún día a transitar correctamente por una ruta sagrada-sagrada, debemos comenzar por las más sencillas de utilizar, o sea por las rutas sagradas-humanas.

¿Cuáles son esas última rutas de la cultura náhuatl?

Dijimos que la Etapa Sagrada de la cultura náhuatl tuvo su centro en Teotihuacan. Luego siguió la Etapa Heroica, que tuvo como centro a Tula. Por último, la Etapa Humana se caracterizó por el predominio de los aztecas y su centro fue Tenochtitlan.

Hagamos un breve repaso de la historia de los aztecas. Era una tribu náhuatl que venía en peregrinación desde el lejano norte y, al llegar al Valle de México, se asentó durante una o dos generaciones en Chapultepec y en el Tepeyac. En esos lugares se prepararon para recorrer las rutas sagradas y convertirse en el pueblo representante de la cultura náhuatl durante la Etapa Humana. Para lograr esto último era necesario que todo el pueblo transitara por esas rutas; por eso, hasta el menos espiritual de los aztecas debía alcanzar el nivel de conciencia suficiente como para poder transitar por esas rutas.

Cuando por fin lo logran, un grupo se dirige de Chapultepec al Zócalo y otro grupo del Tepeyac a Tlatelolco. De esa forma pueden fundar Tenochtitlan que, aun cuando ya es una ciudad decadente en comparación con Teotihuacan y Tula, todavía conserva un sentido de pertenencia al Cosmos, sentido que se traduce en una arquitectura que intenta reflejar las leyes cósmicas.

Recuerden ustedes los dos centros ceremoniales de Tenochtitlan, el masculino y solar localizado en lo que actualmente es el Zócalo, y el centro femenino y lunar situado en Tlatelolco. Esos dos centros señalan las rutas más importantes de la zona náhuatl para el momento presente.

En un futuro ya próximo será necesario empezar a transitar correctamente por las rutas sagradas de Teotihuacan. Pero, ¿cómo pretendemos lograr esto si no hemos recorrido antes las rutas de la Ciudad de México? Ese será nuestro tema de este día. Existe toda una serie de elementos de juicio que nos puede ayudar a identificar los errores y los aciertos que se cometen al transitar por esas rutas. Contamos, por otra parte, con la experiencia de los propios aztecas, que realizaron ayunos, penitencias y ejercicios durante muchos años antes de caminar por esas rutas sagradas.

Tomemos primero la ruta típicamente solar y masculina que va de Chapultepec al Zócalo. Cada 16 de septiembre se efectúa en ella un desfile que marcha en sentido contrario al que debe seguirse, es decir, va del Zócalo a Chapultepec en lugar de marchar de Chapultepec al Zócalo. Ese equívoco evidencia el primer error: la inconsciencia.

¿Acaso transitan para llegar al Zócalo o a Chapultepec en un estado más elevado de conciencia? Evidentemente no. Lo hacen para conmemorar un hecho, la Independencia de México, acontecimiento muy importante para nosotros. Además, los soldados que forman el desfile no participan en forma voluntaria, sino como obligación. Sin embargo, el desfile tiene muchos aciertos. Entre ellos está que sigue un orden perfectamente establecido: a cierta hora, con una especial distribución de tropas, y lo más importante, con una exacta sincronización producto del ritmo y la armonía.

Este acierto de los desfiles nos indica cómo debe realizarse una marcha sobre las rutas sagradas. Marcha implica orden y sincronización de las energías de un grupo con un objetivo determinado. Curiosamente, las manifestaciones y actos de protesta que se realizan por esta ruta masculina sí llevan la dirección correcta, o sea, caminan de Chapultepec al Zócalo, quizá de manera puramente intuitiva, pero caminan en la dirección correcta.

Otra cuestión a considerar es el propósito con que se hacen las manifestaciones: buscan obtener algo; no se hacen nada más, como en el caso de los desfiles, por razones exclusivamente conmemorativas o en obediencia a una orden superior. Aquellos que participan en una manifestación sienten que si conjugan las energías de un grupo, la posibilidad de alcanzar un determinado propósito será mayor.

En cuanto a las caminatas en la ruta lunar y femenina, también se realizan al revés, o sea que la gente camina no de la Villa de Guadalupe a Tlatelolco, sino de Tlatelolco a la Villa. Casi todos los días o, por lo menos varias veces a la semana, vemos peregrinaciones que van de Tlatelolco a la Villa.

Es un asunto muy complejo el por qué se hace la caminata de Tlatelolco a la Villa. Tlatelolco funcionaba en la época prehispánica como un centro lunar femenino y sus rituales se dedicaban a la Coatlicue y a la Coyolxauhqui, pero en el año 1473, a resultas de una rebelión encabezada por los sacerdotes de este lugar, sus templos son destruidos y los rituales que ahí se practicaban son sustituidos por rituales de tipo solar masculino. Esto hace que toda la sacralidad femenina se centre en el Tepeyac y prácticamente se abandone la sacralidad femenina en Tlatelolco.

Las peregrinaciones a la Villa cuentan con un gran acierto, pues las principales se realizan el 12 de diciembre. Los días 21 son masculinos y solares. Además, el propósito que anima a las personas que efectúan las peregrinaciones por la ruta lunar está muchísimo más próximo a la sacralidad que las caminatas que se efectúan en la ruta solar, porque su propósito es conmemorar la aparición de la virgen de Guadalupe, un acontecimiento sagrado por excelencia dentro del chakra mexicano. Por tanto, las peregrinaciones son más cercanas a nuestro objetivo, o sea la sacralización de la ruta femenina lunar.

Las personas que las realizan son más conscientes: van rezando o por lo menos con una actitud religiosa. Y aquí hablar de "religión" es atenernos estrictamente al sentido etimológico de la palabra: religar lo humano con lo divino.

Ahora sí podemos plantearnos la pregunta: ¿Qué hacer para recuperar las rutas sagradas?

Primero, debemos partir del hecho de que aún cuando es dificil transitar por ellas correctamente, no es imposible. Es una labor al alcance de individuos pertenecientes a una Etapa de Rebaño que intentan sacralizarse.

Empecemos por la masculina.

No se necesita ser un gran iniciado, pero sí es necesario conocer, aunque sea en forma elemental, la geografía sagrada del Bosque de Chapultepec. Como todo bosque sagrado, tiene su entrada; de modo que si deseo celebrar un ritual dentro de sus límites debo cruzar por la entrada correcta, o sea por donde están los puestos de las flores.

Una caminata sagrada es, evidentemente, un ritual; así que cuando quiera transitar por esa ruta debo llegar por la entrada del mercado de las flores. A continuación, aunque sea en forma simbólica, será necesario purificarse en los Baños de Moctezuma. Cuando los aztecas seguían la ruta sagrada, se bañaban en ese lugar gracias al ojo de agua que existía en esa parte del bosque. Actualmente está casi seco, pero lo importante es el aspecto simbólico del hecho.

Purificarme significa despojarme de toda mi negatividad, toda mi suciedad interna. ¿Cómo? Concentrándome simplemente con los ojos cerrados, reconociendo mi negatividad, porque si creo que soy un ser perfecto pues ya no necesito seguir esas rutas.

A continuación debo adentrarme un poco en el bosque, unos cuantos metros atrás de los Baños de Moctezuma, por donde hay un pequeño puente. Evidentemente el puente no es prehispánico, pero los guardianes secretos del bosque han conservado siempre un puente en ese lugar. El puente simboliza el tránsito de una dimensión a otra. Si pretendo llegar al Zócalo, necesito esforzarme por trascender mi propia dimensión y entrar a otra.

A pocos pasos del puente está el centro de Chapultepec. El ahuehuete de El Sargento. En ese lugar, en el centro sagrado de Chapultepec, hay una puerta tanto en un sentido horizontal como vertical. ¿Qué quiere decir esto? La puerta en el sentido horizontal marca el principio de la ruta sagrada que llega hasta el Zócalo. La puerta en el sentido vertical lleva a otra dimensión, cosa que intentó Moctezuma Xocoyotzin a la llegada de los españoles. Nosotros no vamos a intentar atravesar esa puerta en su nivel vertical. No buscamos conectarnos con el Mictlán sino llegar al Zócalo.

Ahí en el ahuehuete comenzamos la caminata, avanzando luego sobre Reforma. Seguimos después por Avenida Juárez, un pequeño tramo del Eje Central y finalmente por Cinco de Mayo. Es sencillo el recorrido, pero lo importante es cómo debemos caminar.

Si lo hacemos tan inconscientes como siempre, al llegar nos encontraremos tal como salimos. Para llegar al Zócalo es necesario alcanzar un estado de conciencia superior mediante técnicas de tipo olmeca, un tanto diferentes a las aztecas.

Cada vez que se da un nuevo ciclo de culturas en México, la olmeca es la primera que resurge. Su palabra clave es callar; si la sabemos interpretar, nos enseña cómo transitar por esa ruta. Desde luego tenemos que ir callados, pero no sólo exteriormente, sino también interiormente, deteniendo el diálogo interno. Casi siempre vamos hablando con nosotros mismos y diciendo cosas horribles: insultando al jefe que no nos aumenta el sueldo, insultando al mundo que no comprende nuestras supuestas virtudes, etcétera. Si logramos callar al gran ego que llevamos dentro y que se queja de todo lo que le sucede, empezaremos a vislumbrar lo que es el silencio interior. El gran secreto es que la ruta sagrada debe ser recorrida en silencio interior, detener el diálogo interno desde Chapultepec hasta el Zócalo.

¿Cómo podemos lograr ese silencio interior? Gracias a un esfuerzo continuo y a la utilización de ejercicios de concentración diseñados metódicamente. Existen muchos otros detalles en relación con las caminatas por las rutas sagradas. Es de gran ayuda seguir el paso adecuado, marcar pequeños cambios en las glorietas del Paseo de la Reforma y acelerar o reducir el ritmo de acuerdo con la melodía de la propia ruta.

Al entrar al Zócalo la marcha se hace más solemne, similar a la que utilizaban los ejércitos del siglo XVIII. Su ritmo es tan lento como el que usan todavía las tropas de la Guardia Real de Inglaterra cuando hacen el cambio de guardia. En cambio, durante todo el tránsito sobre Reforma, el ritmo es más rápido, como de paso redoblado. Estos detalles, más que seguirlos al pie de la letra, cada uno tiene que percibirlos. Si esto no es así, volvemos la caminata algo puramente exterior. La cuestión es no desfilar con movimientos perfectos, sino marchar con el ritmo que impone la propia ruta sagrada.

Por lo que se refiere a la marcha en la ruta femenina que se lleva a cabo los días 12 de cada mes, estamos un poco más acostumbrados a ella.

Aunque la ruta masculina y la ruta femenina están perfectamente limpias desde 1968, siempre se ha mantenido más limpia la que va de la Villa a Tlatelolco. En ambos casos es necesario marchar en silencio interno y externo. Pero en la masculina se trata de un silencio marcial, mientras que en la femenina es el silencio del creyente que trata de conectarse con lo sagrado por medio de la oración consciente y buscando la ayuda celestial.

Repito, el primero es un silencio marcial, el segundo es un silencio religioso. El estado apropiado es semejante al de una persona que implora interiormente la ayuda de Dios ante una pena o calamidad. Ese estado de humildad, de fe, de plena confianza en el auxilio divino, es el apropiado para transitar por una ruta sagrada de tipo femenino.

Esas son las rutas a nuestro alcance que debemos comenzar a transitar. No necesitamos ser grandes iniciados, lo podemos hacer siempre y cuando sigamos las prescripciones correctamente y con gran constancia. No lo conseguiremos a la primera, pero si cada día 12 y cada día 21 participamos en la marcha, obtendremos un resultado.

En otra ocasión hablaremos de lo terriblemente complicado y ritualista que es seguir una ruta sagrada en Teotihuacan, así como de la necesaria actitud de humildad y confianza. Humildad en el sentido de que lo más probable es que no logremos nunca realizar correctamente este tránsito. Pero debemos intentarlo porque quizás alguno lo logre o, por lo menos, para que este tipo de caminatas en los solsticios y en los equinoccios sirva de ejemplo a otras personas.

Alguien dentro de 20, 30 o 50 años, lo conseguirá Y dentro de cien años, no me cabe la menor duda, Teotihuacan estará funcionando a toda su capacidad. En Teotihuacan se han efectuado algunas caminatas a nivel experimental, por lo que no resultaron muy ordenadas; pero son buenas porque nos han enseñado lo que no se debe hacer. Ustedes comprenderán que no se puede intentar una ruta sagrada-sagrada, como Teotihuacan, sin antes haber llegado al Zócalo y a Tlatelolco.

Quiero insistir en ello, tenemos que partir por las rutas sagradas-humanas porque es más sencillo Las rutas sagradas-heroicas, igual que las sagradas-sagradas, son recorridas en fechas particulares. Recordemos que nuestra tradición católica marca años santos en los cuales el papa abre una puerta que permite el acceso a una ruta sagrada. Esos años santos suceden cada 50 años a partir del nacimiento de Cristo y cada 50 años a partir de su muerte. Por lo tanto, hay cuatro años santos en cada siglo.

Las rutas sagradas-heroicas también tienen una periodicidad especial. En este año se cumplen 20 años del 2 de octubre del 68 y es la primera oportunidad que tenemos para transitar por esa ruta. La oportunidad se presentará cada vez que el 2 de octubre caiga en domingo, como ocurre en este año.

Esta oportunidad implica una gran obligación. Debemos practicar con mayor frecuencia nuestros ejercicios de concentración, meditación, silencio interior y caminata en rutas sagradas-humanas, para que este 2 de octubre tengamos mayores probabilidades de alcanzar el éxito.

Bien, es todo por mi parte. Ahora me interesa escuchar sus opiniones y sus preguntas sobre el tema.

¿Hay alguna recomendación para la próxima marcha?

Tendremos que nombrar un dirigente de la caminata, que designará a su vez un dirigente del grupo de hombres y un dirigente del grupo de mujeres. Otra cosa no menos importante es la puntualidad. No puede llegar cada quien a la hora que se le ocurra, pues tenemos que salir todos al mismo tiempo. Lo más recomendable es ir de blanco. Y no olvidar que éste es un trabajo de grupo, con ritmo y armonía.

Quisiera saber si aquellos que pertenecen a un grupo de danza conchera tienen más oportunidad de adaptarse a la disciplina de las marchas.

Aquí hay algunas personas que pertenecen a grupos de concheros y me parece que son las más indicadas para responderle. Soledad, ¿quieres decir algo en relación con la pregunta?

Soledad Ruiz: Pues sí, en la danza de concheros hay un orden interno y preciso para cada ceremonia, y curiosamente a cada una de estas obligaciones se le llama marcha. Para realizar convenientemente una ceremonia nos tenemos que organizar y designar responsables para cada paso del ritual. Una cosa interesante y que a los universitarios nos molesta es la obediencia en la danza. Podríamos decir que es sumisión en el sentido de reconocimiento a un principio de orden. Esto ha sido así desde hace siglos y no creo que solamente en la danza conchera, sino en todo tipo de organización que busca vincularse con el Cosmos. No puedo imaginar qué sucedería si de pronto el Sol dijera: "Hoy no quiero salir". Los antiguos entendían esto perfectamente. Entonces, el principio de obediencia es realmente una virtud de carácter muy elevado. Creo que cualquiera de los que tenemos interés en realizar las rutas debemos aceptar que habrá alguien para decidir cómo vamos a caminar, de acuerdo con un principio de orden, no sólo en función de lo humano sino de un principio cósmico.

Quiero agregar algo en cuanto a las marchas concheras. En el correcto orden el caracol abre camino. Atrás viene la Malinche con los sahumadores, y atrás los estandartes, las palabras (cada estandarte es una palabra); y después vienen las columnas, que son siempre dos para hacer la serpiente al formar el círculo. Hay un sargento de marcha, y hay un sargento de campo, que son quienes cuidan alrededor del círculo.Todo esto demuestra la gran experiencia que tienen los concheros en esta materia.

A propósito del caracol, para ciertos grupos éste tiene que ser tocado única y exclusivamente por el hombre, y hay otros grupos que aceptan que sea tocado también por la mujer. ¿Qué puede usted decirnos, maestro?

Por favor, no me diga maestro, porque no lo soy.

Bien, Toño, ¿qué nos dice del caracol? 

En México, como en muchas otras partes del mundo, hubo una ruptura del equilibrio entre lo femenino y lo masculino en 1473. Eso explica las prohibiciones para que las mujeres participaran en los rituales. Pero todo eso fue superado desde 1968. En los rituales de la nueva época que se inicia es de suma importancia que el papel de la mujer sea exactamente igual al del hombre, que estén al mismo nivel. Debe buscarse el incremento de la participación de la mujer para restablecer ese equilibrio en los rituales.

Eso nos obliga a hablar sobre las etapas de la cultura en relación con lo sagrado... Sí. En una Etapa Sagrada la sociedad colabora con Dios en el desarrollo del Universo. El Universo debe ser considerado como lo que es, un ser vivo que posee conciencia. Y el incremento de esa conciencia se hace a través de los seres más conscientes, los seres humanos, durante la Etapa Sagrada.

¿Qué trabajos se llevan a cabo en Chapultepec? 

Desde hace algún tiempo varios grupos intentan recuperar el carácter sagrado que tiene este bosque, lo cual requiere llegar a entender qué es Chapultepec, cómo está integrado, cómo funciona, quién tiene autoridad ahí y cuáles son sus árboles sagrados. [*]



[*]  En 1991 el secreto guardián de Chapultepec reveló cuál era el árbol que, tras la muerte de El Sargento en 1968, había heredado de éste su autoridad y, por tanto, constituía el nuevo centro del bosque. Se trata de El Tlatoani, un ahuehuete relativamente "joven" ubicado en las cercanías de la fuente de Don Quijote. En este nuevo centro se configura un esquema del todo similar al anterior: una fuente o lugar de purificación un puente que simboliza el paso a un espacio en donde debe predominar un nivel superior de conciencia y un árbol sagrado.